martes, 18 de marzo de 2008

Indígenas defienden sus derechos y tratan de conservar su comunidad

(Parte 2)

Lamentablemente para la comunidad indígena son pocos los que se han dedicado al rescate de sus costumbres, y es que la Asociación de Desarrollo, gobierno local de la reserva, se encuentra en manos de jóvenes que de una u otra forma han sido influenciados por otras culturas, dejando de lado la esencia indígena, razón por lo que la lucha se triplica.

Sin embargo, existen dos asociaciones más integradas por indígenas adultos, quienes luchan por el rescate de costumbres y conocimientos tradicionales.

La Asociación de Mujeres Huetares nació en 1995 como una opción para conservar la comunidad. “Esta asociación costó mucho que surgiera, por que la cultura de nosotros es muy machista, pero como la mayoría de los hombres trabajamos en San José, las mujeres eran las únicas que podían ayudar a salvar nuestras tradiciones” Expresó Pérez.

Agregó que la asociación y sus dirigentes comenzaron a trabajar con personas mayores para que les enseñaran los conocimientos de plantas, de comidas y bebidas para poder transmitírselo a los más pequeños.

Así mismo, existe la Asociación Pro Rescate a la Cultura que se enfoca, además de otras costumbres, en el rescate del folklore indígena, y de ciertas comidas como picadillos, raíces y bebidas como la chicha.

Por otra parte, para Hernández, si se está haciendo algo para salvar sus costumbres pero no se está haciendo de la mejor manera.

La comunidad debe unirse para poder apoyarse uno con otro y así salvar las creencias y tradiciones del antepasado”, expresó Hernández


boomp3.com

Reserva Indígena Quitirissí lucha por salvar tradiciones


(Parte 1)

Camino a Puriscal se encuentran las típicas ventas de artesanía y un poco más adelante, adentrándose a la montaña, está la Reserva Indígena Quitirrisí o “cerro de mucha agua”. La reserva es un pueblo específicamente Huetar quienes día con día luchan para mantener vivas sus tradiciones.

En 1978 la tierra se decretó reserva nacional, actualmente cuenta con 1450 hectáreas y una población de 1600 habitantes donde 1200 son indígenas y 400 no indígenas. El 50% de las fincas pertenecen a los huetares mientras que el resto de las tierras a los campesinos y trabajadores que vivían ahí antes de decretarse reserva nacional.

Según Oldemar Pérez, dirigente de la reserva, su pueblo ha sido el más golpeado por los colonos, los campesinos y los industriales, lo que les ha provocado una pérdida cultural.


Nuestro conocimiento más fuerte es la artesanía, el problema es que hay mucho conocimiento sobre cómo hacerla y manejarla, pero poca materia prima, pues al tener los campesinos la mitad de las tierras, no nos queda campo para sembrar los materiales que se necesitan” comentó Pérez.

Para realizar las artesanías se necesita de ciertas plantas, conocidas como esto coca y bejuco, las cuales se utilizan para confeccionar las famosas canastas, bolsos y demás.

Según José Manuel Hernández, miembro de la comunidad, hay unos cuantos indígenas mayores que todavía siembran los materiales para hacer las artesanías, pero ya no se hace como antes debido a la falta de materia.

No obstante, y a pesar de los impedimientos los indígenas han logrado encontrar nuevas formas de subsitencia.

Hoy día promocionan y venden plantas medicinales gracias a los conocimientos de sus ancestros.


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