El paso de los años y el afán del hombre de agotar los recursos naturales, ha provocado estragos irreversibles en el mundo, donde los afectados son los seres más indefensos; los animales.
No hace mucho, en Filipinas, se conocía al águila como la Señora del Bosque, ya que lograba surcar los bosques tropicales con sus poderosas alas de dos metros y navegar sobre la espesura de las copas de los árboles con sorprendente precisión, convirtiéndola luego en una de las aves rapaces que se encuentra en mayor peligro.
Lamentablemente, Filipinas, cuenta con uno de los índices de deforestación más altos del mundo, y se calcula que la población del águila se ha reducido a varios cientos de parejas en reproducción.
No obstante, en los últimos años se han establecido nuevas áreas protegidas en Filipinas, una de ellas es la del bosque Cabuaya que vigila de manera específica al águila.
Además, en un esfuerzo por impedir que la población de estas aves siga disminuyendo, la Fundación del Águila Filipina, en la isla Mindanao, trabaja para educar a los filipinos acerca del ave que fue declarada un emblema nacional en 1995.
